La caída de Bancolombia y Nequi promovería el uso de efectivo
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Este viernes 24 de octubre, las plataformas Bancolombia y Nequi sufrieron una caída masiva que paralizó servicios clave como el inicio de sesión, las transferencias y la consulta de saldos en sus aplicaciones móviles.
En medio de esta contingencia, la advertencia de la entidad bancaria fue clara: “una falla en uno de nuestros servidores afectó varios servicios” y se trabaja “sin descanso para solucionarlo”.
Esta situación revela algo más que un simple fallo técnico: pone de manifiesto la vulnerabilidad de un sistema financiero que depende cada vez más de plataformas digitales y de la nube. Cuando una falla externa —en este caso vinculada a Amazon Web Services (AWS) — interrumpe los servicios de Bancolombia y Nequi, millones de usuarios quedan sin acceso a sus fondos o pagos, lo que genera una crisis de confianza y visibiliza los riesgos latentes en la infraestructura tecnológica del país.

Ante este contexto, estudiar un pregrado presencial en un instituto como el Politécnico Grancolombiano cobra aún más valor. Carreras como Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Informática, Economía o Finanzas permiten formar profesionales capaces de diseñar plataformas digitales resilientes, garantizar la ciberseguridad, optimizar la experiencia del usuario y contribuir a que las entidades bancarias no dependan exclusivamente de proveedores externos. Es decir: pueden convertirse en los héroes que intervienen tras bambalinas cuando la aplicación se cae, y aseguran que haya redundancias, mejoras de arquitectura y continuidad operativa.
Del café pagado con app al billete en el bolsillo: la lección de Suecia
Suecia fue durante años el emblema del dinero digital: un país donde hasta el café más pequeño podía pagarse con una app, y donde los cajeros automáticos desaparecían lentamente. Sin embargo, ese mismo éxito tecnológico encendió una alarma. La dependencia total de sistemas electrónicos hizo evidente una vulnerabilidad: ¿qué pasaría si un ciberataque, un apagón o una falla de red dejara a millones sin acceso a sus fondos? Esa preocupación llevó al gobierno y al Banco Central Sueco (Riksbank) a promover una nueva política: incentivar que los ciudadanos mantengan efectivo en casa y que los comercios sigan aceptándolo.
Esta decisión no es un retroceso, sino un acto de prevención. En 2022, el Riksbank inició campañas de educación financiera que recordaban la importancia del efectivo en caso de emergencias. Varias municipalidades comenzaron a exigir que al menos algunos bancos mantuvieran sucursales con cajeros y atención presencial, algo impensable una década atrás. Incluso, el ejército sueco recomendó a la población contar con billetes en efectivo dentro de sus kits de emergencia, del mismo modo que se almacenan alimentos o medicinas. En otras palabras, el efectivo volvió a verse como una herramienta de resiliencia ciudadana.
El caso sueco revela un fenómeno global más amplio: la “desdigitalización parcial”. No se trata de renunciar a las tarjetas o a las apps, sino de equilibrar tecnología y autonomía. Muchos ciudadanos, sobre todo mayores o habitantes de zonas rurales, comenzaron a reclamar su derecho a pagar en efectivo sin ser discriminados por comercios que solo aceptan pagos electrónicos. Esta demanda ha resonado también en países como Noruega, Alemania y Austria, donde la cultura del efectivo sigue siendo fuerte por motivos de privacidad y control personal sobre el dinero.
Así, el ejemplo sueco es una lección de humildad tecnológica. Muestra que la innovación financiera no debe significar dependencia total, sino capacidad de elección. Al volver a valorar el dinero físico, Suecia no reniega del progreso digital: lo complementa. En un mundo cada vez más conectado, paradójicamente, tener billetes en el bolsillo se ha convertido en un símbolo de independencia y seguridad.
El ejemplo de Australia refuerza el uso del efectivo: bancos y reguladores impulsan nuevas medidas
En Australia, la discusión sobre el efectivo ha cobrado una nueva urgencia: a pesar de que el uso de la moneda física ha caído de cerca del 70 % de las transacciones en 2007 a apenas un 13 % en 2022, según el Reserve Bank of Australia (RBA), las autoridades y organizaciones ciudadanas advierten que su desaparición total podría dejar a comunidades vulnerables sin opción de pago.

Ante esta realidad, organizaciones como National Seniors Australia lanzaron la campaña “We Accept Cash”, defendiendo el derecho a que los negocios acepten efectivo y que los ciudadanos tengan acceso físico al dinero.
La estrategia del gobierno también ha respondido con propuestas para garantizar el acceso al efectivo en bienes esenciales: a partir de 2026 se planea que los negocios que suministran productos como alimentos, combustible o medicamentos deban aceptar pagos en efectivo.
De fondo, el argumento no es solo sobre hábito de pago, sino sobre resiliencia financiera y soberanía monetaria: el efectivo puede actuar cuando fallan los sistemas digitales, ante cortes de internet, ciberataques o interrupciones en infraestructuras bancarias.
Caída de Bancolombia y Nequi hoy: el banco asegura que tu dinero está seguro tras la interrupción
La caída masiva de las plataformas de Bancolombia y su billetera digital Nequi, provocada por una interrupción global de Amazon Web Services (AWS), evidenció lo que muchos especialistas temían: cuando depende gran parte de la operación financiera de un proveedor tecnológico externo, cualquier fallo ajeno se convierte directamente en una crisis para los usuarios.
Bancolombia reaccionó saliendo a aclarar que los fondos y la información de sus clientes están seguros, pero reconocer esta vulnerabilidad deja al descubierto una brecha crucial en la resiliencia digital del sistema financiero colombiano.
Ante este escenario, la próxima generación de profesionales tiene una oportunidad única para intervenir. Estudiar una carrera presencial en el Politécnico Grancolombiano no es solo formarse en tecnologías, sistemas o finanzas, sino prepararse para diseñar infraestructuras más robustas, protocolos de contingencia, gestión de riesgo digital y estrategias institucionales que permitan que entidades como Bancolombia y Nequi sigan operando cuando la nube falla. Cada vez más, el rol de quienes desarrollan, supervisan y mantienen estos sistemas adquiere sentido estratégico, convirtiéndose en piezas clave para que los usuarios confíen y los servicios no se detengan.

