El lunes 17 de mayo del 2021 se conmemoró el día internacional contra la homofobia, la transfobia y la bifobia, pues ese día en 1990 la Organización Mundial de la Salud sacó a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Este acto, significo un momento importante en la lucha por el reconocimiento de las orientaciones e identidades sexuales diversas y la erradicación de todo acto de discriminación y violencia hacia ellas. Pues, a pesar de que en distintos lugares del mundo las personas LGBTI+ cuenten con mayor respaldo legal y político que hace 31 años, aún siguen siendo vulneradas y agredidas en diferentes ámbitos del espacio público.

Frente a este panorama, es importante recordar que los espacios públicos son los territorios de libre circulación y estadía a los que todos los ciudadanos tienen derecho y acceso. No obstante, estos se ven amenazados por ambientes de inseguridad que impiden que los ciudadanos se sientan en la libertad de ejercer este derecho, y así obligarse a sí mismos a optar por otras rutas y comportamientos que contribuyan a evitar el tránsito por estos espacios.

Adicional a ello, las personas LGBTI+ sufren situaciones similares sobres sus mismos cuerpos y su derecho al libre desarrollo de la personalidad, ya que ante actos de odio y discriminación tanto físicos como verbales, se han obligado a reprimir y esconder sus orientaciones sexuales, expresiones e identidad de género, en busca de su autopreservación y seguridad. Por estos motivos, históricamente muchas de estas personas ubican la reivindicación de su lucha en el día a día, en las calles, en el transporte público, en los parques y otros ambientes de cara a la vida pública, porque el hecho de habitar y ser, se ha convertido en un acto político y de resistencia.

Tomando en cuenta esta perspectiva, es claro que la apropiación de los espacios públicos es importante para las causas de este y otros sectores que socialmente han sido marginalizados, y así mismo, debe ser clara la importancia que tiene la diversidad y la diferencia para la construcción social y cualificación de estos espacios. La diversidad en su más amplia expresión, permite una complementariedad visible que aporta al desarrollo de distintos ámbitos estructurales, bien sea sociales, económicos, políticos, educativos, etc. Debido a que, al contar con distintas experiencias, perspectivas y saberes, se promueve transformación, la innovación y la mejora continua.

Es evidente la relación entre las personas y la transformación espacial de los lugares rurales o urbanos, ya que los seres humanos dotamos de significado los espacios, a su vez que estos nos permiten ser y desarrollarnos. Debemos reconocerlos como aquellos que posibilitan la coexistencia, la conformación de nuestra identidad individual y colectiva, además de la formación de una cultura que se nutra de la pluralidad de perspectivas, de la diferencia y que se base en el respeto a ella y a todos aquellos que la habiten en su propio ser y diversidad.