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Colciencias y el Ministerio de Ciencia: un paso adelante y dos atrás

Al 4 de marzo de 2021, la Corte Constitucional colombiana declaró que son inexequibles e inconstitucionales las normas que permitieron la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Pues se considera que dicha normativa vulnera algunos artículos de la carta magna, además de no incluir de manera evidente, la estructura orgánica por la que se regiría este departamento de gobierno.

Aunque el Ministerio seguirá operando hasta el 20 de Julio del 2023 y sea posible apelar a mecanismos que permitan restablecer su operación después de esta fecha, es importante resaltar que la forma banal en la que el país concibe la ciencia es la raíz de que cuestiones organizacionales, legales y de tramitología sigan truncando la consolidación de instituciones que, debidamente administradas, aportan significativamente al desarrollo del país y sus ciudadanos.

Para poner en contexto el abandono de la esfera científica, basta con ver que, para discutir el panorama nacional generado en el marco de la pandemia por la COVID-19, poco es mencionado o requerido el Ministerio de Ciencia para aportar a la evaluación o intervención de la crisis, y si se hace, se condiciona a realizar apariciones limitadas y de forma secundaria; sin considerar realmente su rol articulador en la atención integral de un país que debe afrontar problemas estructurales que ya se venían gestando y que con la llegada de la pandemia, se exacerbaron.

Esto se debe, en gran medida, a la falta de conocimiento y proyección que se tiene sobre las áreas que integra este Ministerio. Tanto el ciudadano del común como los altos cargos en el gobierno perciben a la Ciencia, Tecnología e Innovación como elementos complementarios a estrategias y formas de gobernar que se han abordado históricamente, pero que ante las nuevas dinámicas globales están resultando ser obsoletas e inefectivas.

De manera adicional, no se tienen bases sólidas para la inmersión y proyección de estas áreas en las necesidades cotidianas, pues, cuando se habla de innovación particularmente, se suele pensar de manera centralista y futurista, asociándole con megaproyectos y la creación de maquinaria industrial o tecnología de punta. Lo que lleva a enajenar el concepto de las realidades regionales o locales, ignorando la existencia de ciencias sociales que, a través de la administración pública y la innovación social, pueden llegar a resultados alentadores, al servirse de diferentes recursos y perspectivas para crecer y permear en la construcción de lo público.

En síntesis, tanto los demandantes como la evaluación hecha por el alto tribunal frente al respaldo normativo de este Ministerio, se reflejan las carencias profundas sobre la forma en la que se gestiona la ciencia en Colombia, la cual responde a la improvisación y la falta de atención y conocimiento del sector, ya que no existe claridad incluso al momento de plantear adecuadamente los principios constitutivos de un Ministerio que ampare y direccione su actuar.

 

Administración, Negocios y Gerencia

15/Mar/2021