En noviembre del 2015 la Sala Plena de la Corte Constitucional aprobó la adopción igualitaria en Colombia, argumentando que esta no afecta por sí misma, el interés superior del menor, ni compromete de manera negativa su salud física y mental o su desarrollo integral.

El hecho, junto a la reciente aprobación del matrimonio entre  personas del mismo sexo, representó una  de las victorias más significativas para la comunidad LGBTI, en medio de una serie de batallas jurídicas que comenzaron hace una década.

El debate continúa y sigue generando opiniones encontradas. Con el objetivo de incentivar un diálogo abierto desde la academia en torno a este tema, la Facultad de Ciencias Sociales del Poli, realizó el conversatorio  “La Adopción homoparental: Perspectivas actuales”, donde expertos abordaron el tema, desde la mirada del Derecho y la Psicología en el ámbito colombiano e internacional.

El evento comenzó con la intervención de la abogada francesa y docente del Ecole Normale Supérieure de París,  Aude Denizot de Libreros, quien expuso el panorama en Francia, donde se estima que 18 mil parejas disponen del certificado de idoneidad para adoptar y tan solo hay 700 niños adoptables.  La experta explico que por esta razón, muchos de los procesos de adopción de dicho país, se realizan en otros lugares del mundo, donde también hay menos niños  para adoptar, cada año.

“Si la adopción internacional es cada día más difícil para las parejas heterosexuales, serán casi imposibles para las parejas homosexuales. Muy pocos países aceptaron la adopción por parte de  las parejas del mismo sexo.  Esto impide que la norma se lleve a la práctica”.

Por su parte, el abogado y filósofo, Mauricio Albarracín,  se refirió a los nuevos retos que debe enfrentar el Estado colombiano a partir de los fallos de la corte.  “El primer reto lo enfrenta el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF,  quien deberá implementar la adopción por parte de parejas del mismo sexo, garantizando que no haya discriminación. El segundo reto tiene que ver con el referendo impulsado por la senadora Viviane Morales el pasado 28 de marzo, para promover que la adopción  solo sea para parejas heterosexuales, excluyendo a las parejas del mismo sexo  y a las personas solteras.  Ese referendo no solo es discriminatorio contra las parejas del mismo sexo, sino que atenta con la visión pluralista e incluyente de la familia”, opinó Albarracín.

El magister en Psicología Clínica  Andres Lasprilla, presentó su visión desde el punto de vista psicológico: “Aunque lo jurídico le está dando la posibilidad a la adopción homo-parental, creo que a nivel psicológico y social, se plantea el reto de trabajar con los mismos adoptantes.”

Lasprilla dio a conocer una investigación realizada por el Colegio Colombiano de Psicólogos en el año 2014, que analiza el desarrollo psicológico en los aspectos cognitivos, afectivos, sociales, personales y psicomotrices de los menores criados por parejas del mismo sexo, incluyendo su orientación sexual. El estudio demuestra que no hay diferencias significativas con los menores adoptados por parejas heterosexuales.

Finalmente, el abogado Juan David Castro, analizó el tema desde el punto de vista legal. El experto se refirió a que en términos generales, las leyes colombianas dificultan los procesos de adopción en parejas heterosexuales, lo que también dificultará los procesos de adopción para la comunidad LGBTI.

“La corte puede evolucionar, pero nosotros tenemos unos obstáculos concretos. Por ley, un niño abandonado, antes de entrar a un proceso de adopción, tiene que entrar en una fase de búsqueda de sus padres y esta tiene que ir hasta el sexto grado de consanguineidad.  Es decir, que en esa búsqueda pueden demorarse más de tres años. Otro de los obstáculos que hace que un niño no sea adoptado, es que tenga más de ocho años. Finalmente, nuestra sociedad tiene que tener una mayor flexibilización, para que pueda cumplirse lo que la Corte y la Ley ordenan”, concluyó  el experto.

Durante el conversatorio, se concluyó que la apertura de la sociedad y de las Instituciones hacia los temas relacionados con las comunidades diversas es un hecho. Sin embargo, esta realidad plantea nuevos retos para garantizar los derechos de las personas, especialmente de los niños.